lunes, 12 de marzo de 2018

Cuando el arte es morirte de frío


            

Mikel Basterretxea


Cuando el arte es morirte de frío


Es fácil hacer el chiste cuando se habla del arte. Es un recurrente chascarrillo que tras darse a conocer en todo el mundo, ya resulta un poco cansino. Lo que pasa es que hay poca gente que conoce a quien verdaderamente pasan frío para trabajar en unas obras que también son gélidas. Es el caso de los escultores de hielo.

Suena como a cuento de hadas eso de que haya esculturas de bulto redondo hechas con cincel y agua congelada. He tenido que buscar algo de información para conocer un tanto mejor el tema, ya que sólo me sonaba de oídas. Artistas especializados en esta materia de todo el mundo se concentran anualmente en Harbin (Cómo no, China) para alardear de dotes en esculturas de 
hielo. En esta feria con más de 50 años de historia, es posible ver estas figuras que aparte de hielo pueden ser de nieve. Imágenes como las siguientes me han dejado verdaderamente "helado".
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Parece mentira, pero no, son de hielo. Imaginaos el tiempo que han debido estar esculpiendo estos personajes, sudando la gota fría, básicamente porque como el sudor fuera por calor, la ballena parecería más bien un calipo al Sol. En cuanto a la locomotora, a los chicos de El Consorcio les pasaría factura un viaje al compás del chacachá de ese tren; mientras que, paradógicamente, el consorcio (de aguas) les pasaría la factura. Además, no quiero imaginarme la situación para esculpir, con lo que eso resbala... seguro que algún artista al subirse a las alturas se ha caído y se ha roto el cúbito, y no de hielo precisamente... Desde estas líneas hago un llamamiento a la gente para que se movilice a favor de este grupo de genios de la escultura. Fenómenos como el gabonés Roger Mouanda o el mexicano Abel Ramírez están protestando porque sus sueldos se han visto congelados.

Me picó la curiosidad y quise saber cuánto ganan por obra vendida. No obstante, no he encontrado información muy fiable. Pero con las horas y el trabajo que supone erigir semejantes maravillas transparentes, digo yo que baratas no serán... Como diría Piedrahita, una vez vendidas si la temperatura aumenta, en vez de hipotecas tendrían liquidez. Y pensar que hasta ahora no eran conocidos los escultores de hielo... ¡ESPERAD! Que el arte también tiene otras modalidades. A ver, la pintura no es posible realizarla con este material, pero la arquitectura sí. Parece fascinante este mundo -y lo es- pero ignoramos a los Borrominis del hielo, a los Calatrava del carámbano. Residen en el polo (quizás de ahí venga el nombre del helado), y el nombre de su etnia es Inuit, pero todos los conocemos como esquimales. Un aplauso por ellos, por ser capaces de calentarse en una casa de hielo (iglús) sin estufa, y por inventar los flashes de naranja y lima.


Pues nada, he aquí mi segunda entrada en el blog de esta evaluación. No ha tenido mucho que ver con el arte, pero sí que he demostrado que, en ocasiones, helarte es morirte de frío.

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